Gianni Cipriano es un fotógrafo independiente nacido en
Sicilia, pero que alterna su residencia y su labor como fotorreportero entre
Palermo y New York, donde ha publicado en periódicos tan importantes como el
New York Times o el Wall Street Journal. Comprometido con los temas sociales de
actualidad, su trabajo se centra tanto en éstos como en el desarrollo político
y económico del entorno contemporáneo.
Hijo de inmigrantes pasó su infancia y adolescencia entre
Brooklyn, Ginebra y Palermo. Realizó estudios de Ingeniería Aeronáutica y Arquitectura
y acabo realizando un programa de fotoperiodismo y fotografía documental en el
Centro Internacional de Fotografía de New York, donde trabajo como ayudante de
Ron Haviv y Christopher Anderson. En 2008 fue considerado como uno de los
talentos emergentes del año por un reportaje que publicó para Getty Images y
desde el 2009 forma parte de un seminario internacional para la enseñanza y la
reflexión de la fotografía contemporánea que acoge a algunos de los mejores
autores jóvenes del mundo.
Uno de sus trabajos más conocidos es Perfect. Inspirado sin duda por el hecho de que la belleza se haya
convertido en un instrumento político en su país durante el mandato de
Berlusconi, lo que ha generado un sinfín de certámenes y concursos en los que mujeres de toda condición exhiben sus atributos
físicos con el fin de convertirse en la próxima reina de la belleza. Cipriano, en una crítica
de hasta donde pueden llegar los cánones impuestos por la sociedad, visitó una
serie de concursos de belleza no estrictamente convencionales en los que las
personas que se presentaban a la elección no eran precisamente modelos ideales.
Entre las concursantes figuran mujeres de edad avanzada; de peso elevado; generalmente
vestidas con ajustados modelos de fuertes colorido; la mayoría de las cuales se
ha practicado diversas cirugías para seguir sintiéndose jóvenes e incluso para
cambiar su sexo. Gianni Cipriano refleja su belleza imperfecta de un modo
sencillo y sin pretensiones, dejando que las imágenes hablen por si mismas.
Otro de sus trabajos, para mí mucho más interesante, es Where Beauty Soften your Grief. Este
reportaje está realizado en una funeraria de Harlem, New York, en la que Isaiah
Owens prepara a sus “clientes” con suma profesionalidad y respeto, al modo de
los antiguos egipcios, para que realicen
el transito para una vida posterior. Isaiah, un auténtico artista convierte a
los cadáveres en verdaderas obras maestras y sus servicios son requeridos no solamente
en el estado de New York, sino también de otros muchos puntos de EEUU.
También merece la pena destacar uno de sus primeros
trabajos, In The Land Of Black Coats, realizado
en el año 2007 y en el que el autor se adentra en el barrio judío ortodoxo de
Brooklyn para mostrarnos las costumbres y la vida cotidiana de esta comunidad.
Realizado en blanco y negro, mientras que la mayoría de sus otros trabajos
están hechos en color, permite centrarse en el detalle de un modo mucho más
preciso y nos recuerda a algunos de los reporteros que con anterioridad en el
tiempo se dedicaron a fotografiar las calles de Nueva York.
Ahora que al fin he tenido tiempo para ver algunas
de las exposiciones que propone PhotoEspaña en su recorrido de esta edición
2012, me gustaría hablaros de esta muestra que en un principio fue concebida
para comenzar su recorrido en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana,
donde se inauguró a principios de diciembre del pasado año con gran afluencia
de público y un rotundo éxito, y que ahora se expone en Casa de América dentro
del marco del Festival.
Supongo que algunos de vosotros, los que vivís en
Madrid o más o menos cerca ya la habréis visto, para los que no es así os
comento que la exposición está comisariada por Juan Carlos Moya y que reúne a
algunos de los más importantes fotógrafos españoles del momento. Según el artículo
que leáis veréis que hay quien dice que consta de cincuenta obras y otros de
sesenta y seis. Yo sinceramente no las he contado, me pareció mucho más
interesante dejarme fascinar por su contemplación, para la cual tuve que volver
después de la inauguración ya que ese día las salas estaban tan repletas que
era de todo punto imposible poder disfrutar de las imágenes.
Sería imposible en un solo artículo hablaros
detalladamente de todos los fotógrafos que han participado en este proyecto,
once en total, pero si me gustaría dejaron una pequeña reseña de cada uno de
ellos.
En primer lugar, quizás porque la veteranía es un
grado o tal vez porque fue el primero en llegar a esa maravillosa isla que es
Cuba y pudo captar con su cámara uno de los momentos más importantes de la
historia del país, está Enrique Meneses,
con una larga carrera de corresponsal a sus espaldas y cuyas maletas han recorrido
lugares como la India, Oriente Medio, África o Estados Unidos. Testigo de
excepción de los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo
veinte, ha convivido con los rebeldes de Fidel Castro en Sierra Maestra, ha
pernoctado con los manifestantes de la marcha sobre Washington que lideró
Martin Luther King; fotografió la Guerra del Canal de Suez entre Egipto e
Israel, el entierro del presidente Kennedy, la boda de los reyes de España;
entrevistó al Dalai Lama, a Nasser, a Abdel-Krim, y paro de contar porque para
su tarjeta de presentación haría falta una enciclopedia. No obstante para
quienes estén interesado en las vivencias de este singular personaje les
propongo que se hagan con un ejemplar de su autobiografía “Hasta aquí hemos llegado”, que ha sido publicada por la editorial
“Ediciones del Viento”.
Jose Ramón
Bas, con su particular forma de trabajar a medio camino entre la fotografía, la
pintura y la poesía, ofrece un punto de vista totalmente dinámico en sus
imágenes realizadas en medio formato, con gran angular y coloreadas a mano. Sus
obras son adaptaciones de la realidad y
de sus propias vivencias como viajero, manipuladas por medio de mensajes
escritos, de collages, de superposiciones, pero sobre todo son una muestra de
sentimientos, de emociones y de sueños rescritos.
Los retratos del mallorquín Toni
Catany, dotados de cálidos matices nos acercan a un pueblo y a sus gentes
con una profunda intensidad. En las miradas de sus personajes parecen adivinarse todas las vivencias no sólo
propias sino también de sus antepasados y la luz que imprime a sus imágenes nos
recuerdan en cierto modo las pinturas de algunos grandes maestros prerrafaelistas.
La riqueza cromática que contienen sus obras tiene efluvios de los pueblos
mediterráneos de tal modo que su trabajo es un auténtico placer para los
sentidos.
Que deciros de Juan Manuel Díaz
Burgos que no se haya dicho ya, de este reportero de vitalidad inagotable
capaz de mostrar la vida de todos y cada uno de los rincones que visita con una
sinceridad tal, que sin darnos cuenta nos vemos metidos de lleno en lo que
vemos a través de sus ojos. Con una mirada siempre alerta, atenta a todo cuanto
le rodea, sin adornos ni florituras, como dice Juan Carlos Moya en su
introducción del catálogo de la exposición, Díaz Burgos nos hace participes del
mundo que nos transmite a través de sus imágenes.
Quizás sea la obra de José María
Díaz Maroto una de las que menos conozco, junto a la de Ángel Marcos, de
los artistas que componen esta exposición. Sin embargo si conozco al autor
personalmente y puedo asegurar que es un perdido enamorado de Cuba y todo
cuanto representa, de sus calles, su música, sus costumbres y sobre todo sus
gentes. Y desde luego todo ese amor se proyecta en sus obras, en esos instantes
captados capaces de recrear pequeñas historias que se suceden de un modo
cotidiano y que al plasmarlas sobre el papel se convierten en momentos únicos.
Como ya he comentado hace un momento Ángel
Marcos, es para mí un gran desconocido. Antes de esta exposición no había
visto nada de su obra, o tal vez sí pero ignoraba que era suya. Así pues desde
el respeto que me produce todo artista y la falta de conocimiento sobre el
mismo, me voy a permitir reproducir un fragmento de la presentación que de él
realiza el comisario de la muestra. “Ángel Marcos utiliza la fotografía
como excusa, la técnica al servicio del inconformismo. Artista conceptual,
desarrolla su trabajo implicándose y profundizando en la realidad social que ha
decidido vivir. En sus obras el paisaje suele ser el protagonista principal; de
hecho, sus fotografías están íntimamente ligadas a la idea del viaje y al diálogo
con el territorio recorrido.” A mí, me
gustaría añadir que en este caso ese dialogo del que habla el autor de la cita
está plenamente justificado y que las imágenes que se nos muestran son el
resultado de un discurso claro y preciso de un país que tiene mucho que contar.
Alberto
García-Álix no necesita presentación alguna, sin embargo la
colección de retratos que contiene esta muestra son totalmente inéditos y
desconocidos para el público. Todos ellos fueron realizados en 1998 y se trata
de personas anónimas que dejarán de serlo a raíz de ésta exposición, aunque
algunos de ellos tal vez se encuentren ya en alguno de esos lugares de los que
ya no se vuelve. Con la cruda realidad que caracteriza la obra de este
galardonado fotógrafo las imágenes de la exposición producen un tremendo impacto en quienes las
contemplan y nos hacen plantearnos un montón de preguntas: ¿Quiénes son estos
personajes? ¿Cómo ha sido su vida? ¿Dónde están?. Las obras de García-Álix
tienen el poder de incomodar nuestras conciencias.
El hiperrealismo de José María
Mellado también está presente en esta exposición colectiva de Casa de
América, en la que el autor muestra una serie de paisajes realizados entre el
2006 y el 2011 en los que la naturaleza alcanza una gran preponderancia
dramática. Una amplia gama dinámica y un intenso color son dos de los factores
que inciden a la hora de contemplar un país decadente en sus estructuras pero
lleno de vida y de esperanza. Observar las obras de Mellado es situarse a medio
camino entre la realidad y la utopía.
Juan Manuel
Castro Prieto, con su serie Extraños
nos enseña una variada gama de trabajos. Desde el políptico hasta el
cocodrilo colgado de la pared o el
hombre bañándose con el perro sobre los hombros hay una gran distancia visual e
ideológica. Con un toque de surrealismo y una gran dosis de profesionalidad el
autor nos acompaña por algunos de los rincones de esa Cuba íntima y a la vez
expuesta a la mirada de todo aquel que quiera molestarse en conocerla.
He querido dejar para el final a las dos fotógrafas que completan la
muestra, no porque estén en desventaja frente a sus compañeros varones, sino
por aglutinar de algún modo la mirada femenina de la isla. Muy diferentes entre
sí, pero con trabajos igualmente potentes ellas son sin duda dos de las fotógrafas
más importantes de nuestro país y su obra es reconocida de forma unánime fuera
de nuestras fronteras.
Cristina
García Rodero, de quien ya os he hablado en este blog y a la cual
me honro de conocer y de admirar, es sin
duda una de las mejores documentalistas que existen en el mundo de la
fotografía. La grandeza de sus imágenes reside tanto en su gran humanidad como
en su denodado tesón y sus extensos conocimientos del arte. Lleva más de una
decada viajando a Cuba de forma recurrente y sus proyectos parecen no tener
fin; siempre hay algo más que puede recoger y es que yo creo que Cristina se
encariña tanto con su trabajo y con todo lo que hace que es como una madre que
ve crecer a sus hijos y desearía que nunca dejaran el nido. Las imágenes
mostradas en la exposición han sido tomadas a lo largo de todo este tiempo y
son por tanto una variada muestra de su labor.
El trabajo de Isabel Muñoz es
también sobradamente conocido. Su impecable trayectoria profesional ha hecho
que sea reconocida en el todo el mundo como la gran fotógrafa que es. En las
imágenes que se exponen en Casa de América, todas ellas relacionadas con la
danza, está presente esa característica sensualidad que emana de las mujeres
cubanas y que no pasa desapercibida para nadie que haya visitado ese país.
Isabel es capaz de captar el movimiento en figuras estáticas y de convertir en
estatuas a figuras en movimiento. De
nuevo me veo obligada a citar unas palabras del comisario de la exposición y es
que creo no se puede expresar mejor lo que transmiten las imágenes de esta fotógrafa.
“En estas imágenes suyas podremos
comprobar que la síntesis, el ‘menos es más’, es la piedra angular de su
trabajo. Un trabajo donde lo sutil es capaz de
dejar paso a lo incorrecto y donde lo que no se cuenta, casi siempre, es
más importante que lo que se ve.”
Por último os dejo un enlace al vídeo que se ha realizado de la exposición, espero que disfrutéis.
Si noviembre es el mes de la foto en París, junio lo es en
Londres y Madrid. Entre estas dos capitales se puede saciar el hambre
fotográfico para una larga temporada. El London Festival Of Photography,
certamen creado el pasado año, espera una afluencia de público de más de 50.000
visitantes que podrán disfrutar de una treintena de actividades además de poder
visitar 18 muestras o exposiciones. El tema del festival es: “Reflexiones sobre lo público y lo privado”
y su base una apuesta por la fotografía callejera, o dicho en inglés que parece
que suena mejor Street Photography.
Algunas de las exposiciones que podrán verse son:
The Gaddafy archives -
Libya before the arabe spring, una muestra montada en torno al fondo
documental de la organización Human Rights Watch; Este archivo es único y contiene más de 1000
imágenes con una amplia y variada temática, desde el rey Idris dando la bienvenida
a una joven reina Isabel II en 1954 en su segundo viaje al extranjero como
monarca, hasta la caída de su sucesor el coronel Gaddafy. Son fotos realizadas
por reporteros que cubrieron los acontecimientos. La exposición podrá verse en
el Warburg Institute, durará sólo nueve días, entre el 21 y el 29 de junio y ha
sido comisariada por Susan Glen.
Let This Be a Sing,
de Simon Roberts, una investigación en forma de reportaje del efecto de la
reciente recesión y la crisis económica en la vida cotidiana de los
ingleses. Junto a la exposición se ha habilitado un espacio en el que se invita
a los visitantes a compartir sus pensamientos y experiencias. Para documentar
el cambio económico y político del paísRoberts además de las fotografías utiliza imágenes en movimiento, textos
y objetos físicos tales como pancartas de protesta realizadas para participar en
manifestaciones por todo el país. La muestra se inauguró el 25 de mayo y
permanecerá hasta el 1 de julio en Swiss Cottage Gallery.
Single Saudi Women,
de la fotógrafa saudí Wasma Mansour. La exposición es la culminación de un
proyecto realizado a lo largo de cuatro años durante los cuales la autora ha
fotografiado a mujeres saudíes que viven en Londres y que han tenido que
realizar grandes esfuerzos para conciliar su identidad social y religiosa con
su deseo de individualismo y su lucha para forjar nuevas identidades fuera de la
presión global que ejerce el papel adjudicado a la mujer en Arabia Saudí. La
exposición podrá verse durante todo el mes de junio en Hardy Tree Gallery.
The Great British
Public, exposición colectiva con obras contemporáneas de fotógrafos que
trabajan a lo largo y ancho de las Islas Británicas, entre otros, Peter Dench,
John Angerson, Zed Nelson y los dos reporteros de Magnum Martin Parr y Chris
Steele-Perkin, basada principalmente en el "espíritu de patriotismo"
derivado de la celebración simultanea en el Reino Unido de los Juegos Olímpicos
y el jubileo de diamante de la Reina Isabel. Esta exposición incluye más de 120
copias repartidas entre St Pancras
International and Dog Eared Gallery, entre el 1 y el 24 de Junio.
Beneath The Surface, una
exposición del fotógrafo Steve Bloom que a partir de mediados de 1970 capturó
los momentos más críticos de la época del apartheid en Sudáfrica. Algunas de
las imágenes contenidas en la muestra se exhiben por primera vez y otras no se
habían vuelto a ver desde su publicación a nivel internacional hace más de tres
décadas. Las imágenes de Bloom captan la esencia del complejo momento emocional
en que Sudáfrica comienza de forma imparable a sufrir una disidencia real. Los
rostros crispados, la tensión en las calles, las miradas esquivas, están
presentes en las fotografías que componen la muestra y que podrá visitarse
entre el 1 y el 28 de Junio en la Guardian Gallery.
Tiksi, un
reportaje narrativo, en forma de nuevo cuento de hadas, de la joven fotógrafa rusa Evgenia Arbugaeva
sobre la vida en una remota población de Siberia, lugar de nacimiento de
la propia fotógrafa, que fue galardonada por este trabajo con el codiciado
premio Magnum Foundation Emergency Fund. La exhibición podrá verse del 1 al 30
de Junio en la Calumet Photographic Gallery.
London Photographs 1957-62, de Frederick Wilfred. El archive,
recientemente adquirido por el Museo de Londres muestra un retrato vibrante de
los años cincuenta y la postguerra londinense. Barrenderos en las calles
ejerciendo su trabajo, asistentes al Lido e icónicas fotografías de Battersea Power Station, son algunas de las
imágenes que realizó Frederick Wilfred y que se exhiben en el museo durante el
festival, concretamente desde el 16 de junio al 8 de julio.
Si queréis saber más de este festín fotográfico podéis
encontrar toda la información relativa al Festival en su página, http://www.lfph.org/ y si alguno dispone de unos
días para volar hasta allí, good tripandenjoy.