Cabecera La Mirada Fotográfica

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lunes, 28 de enero de 2013

Wayne Lawrence




El trabajo de Wayne Lawrence es un diario visual de la vida que transcurre a su alrededor, de la iteración de sus repetidas visitas a aquellas zonas de Nueva York que le atraen especialmente por su mezcla de culturas y costumbres.

Nacido en Saint Kitts and Nevis, el país más pequeño del continente americano, en 1974, decidió cambiar su oficio de carpintero por el de fotógrafo hace poco más de una década. Desde el principio se embarcó en una serie de proyectos personales, de los cuales tal vez el más conocido sea el desarrollado a lo largo de 6 años en la playa de Orchad, en el Bronx neoyorkino. Durante ese periodo cada verano Lawrence tomaba dos trenes y un autobús para documentar el complejo universo que se desarrollaba en aquella improbable "Riviera" situada al borde de uno de los barrios más duros de la ciudad de Nueva York. 

Wayne Lawrence conocía bien la zona, de adolescente había pasado algunas temporadas allí con su abuela. Su reencuentro con la cultura hiphop, la trágica muerte de su hermano, los recuerdos de su infancia y su facilidad para conectar con la compleja sociedad que se desarrollaba ante sus ojos, fueron sin duda determinantes a la hora de realizar su trabajo. Su acercamiento hacia los habitantes del lugar fue respetuoso y sin prejuicios. En las fotografías de Wayne se observa orgullo, audacia, confianza, dolor y placer. Son espejos de la vida que parecen haber encontrado su voz en las imágenes de este autor. 

Desde hace cuatro o cinco años Lawrence combina sus trabajos personales con algunos encargos profesionales, que suele realizar con un par de ayudantes y el apoyo del equipo de su agencia, el Institute For Artist Managent. Y aunque su oficina se encuentra en Bedford-Stuyvesand, Brooklyn, una gran parte de su trabajo se desarrolla en todo Nueva York. Wayne Lawrence piensa que hay tanta energía y cultura en la Gran Manzana que podría trabajar en las calles toda su vida sin poder cubrir  todo lo que allí se encuentra. 







http://www.waynelawrenceonline.com/

viernes, 18 de enero de 2013

Valérie Belin



Valérie Belin es una fotógrafa nacida en Francia en 1964, que reside y trabaja en París. Como muchos otros fotógrafos tiene raices en la pintura, en la cual se licenció en la Escuela de Bellas Artes de Bourgues en 1987. Allí llevó a cabo una investigación universitaria en el campo de la teoría del arte y profundizó en el conocimiento del minimalismo, todo lo cual ha estado siempre latente en su forma de trabajar. 

Yo conocí su trabajo hace apenas un par de años a través de una muestra colectiva en la Maison Européenne de la Photographie y debo decir que en un principio no me llamó demasiado la atención, probablemente porque estaba más interesada en algunas otras de las obras expuestas. Sin embargo una segunda mirada a su obra me hizo cambiar de opinión. Para empezar debo decir que las fotografías de Valerie Benin me inquietan. A veces se me hace difícil distinguir lo real de lo irreal, lo vivo de lo que no lo está. Los retratos realizados por la autora, siempre de un modo aséptico y en un contexto desprovisto de todo lo que pueda ser banal, me producen una sensación de vacío, como si esas personas no fueran en realidad personas sino objetos inanimados. No se diferencian demasiado de su serie de maniquíes, a las que de algún modo y por medio del maquillaje y la iluminación, dota de una vida similar a las anteriores, incluso a veces más real. 

El catedrático de Arte Contemporáneo y Fotografía de la Sorbona Michel Poivert, dijo en una ocasión que la iconografía de Valérie Belin es silenciosa. Posee ese silencio que precede a las catástrofes y después las sucede. La ausencia de toda dramatización, el empeño por no recurrir a ningún efecto, concurren en la realización de imágenes sin afecto.  

Valérie Belin trabaja siempre con series pero entre sus imágenes pueden encontrarse todo tipo de objetos. En sus primeros ensayos, realizados con floreros y vasos de cristal se observa una busqueda de la luz de los objetos, en un proceso primario muy próximo al origen de la fotografía. Sin embargo en sus trabajos posteriores puede verse un tratamiento diferente, tal vez más pictórico, una busqueda entre realidad y fantasía. Es como si la artista se moviera siempre entre dualidades. Así por ejemplo la serie de los vestidos de novia vacios, depositados en cajas de madera de 1966, tendrían su contrapartida en la serie de novias marroquíes vestidas con trajes tradicionales del año 2000. Del más puro minimalismo casi al exceso barroco, en el que el ornamento de los trajes es  tan importante o quizás más que la propia modelo. 

En suma,  podría decirse que la estética de la obra de Valérie Belin es cuando menos controvertida, ya que la artista parece estar en una búsqueda constante del límite de una frontera entre lo real y lo imaginario, que tiende a desvanecerse por momentos fundiendo ambas en una misma simetría.







http://www.valeriebelin.com/

sábado, 5 de enero de 2013

Rarindra Prakarsa



Quería empezar el año con algo hermoso, después del 2012 que hemos tenido al menos que nos llegue algo de belleza, por eso he elegido a un fotógrafo desconocido para muchos y admirado por otros tantos, al cual descubrí hace ya varios años y al que de vez en cuando vuelvo para revisar sus progresos.

Rarindra Prakarsa no es, según él, un fotógrafo profesional, aunque últimamente ha empezado a impartir workshops y a realizar pequeñas expediciones fotográficas junto a Steve Chong.

Prakarsa vive en Yakarta, la capital de Indonesia, así pues no hay duda de que dispone a su alrededor de todo lo necesario para construir esas idílicas imágenes que son su marca y que muchos fotógrafos intentan imitar. A los maravillosos paisajes que le rodean, ha sabido sumarle los personajes idóneos y los momentos justos. En su trabajo no hay improvisación, todo está cuidadosamente calculado. La luz, el gesto, el ambiente y por supuesto el procesado de las imágenes que hace que sus fotografías adquieran una especie de tercera dimensión con una belleza onírica. Hay quienes llaman a todo este proceso "pintar con luz", aunque técnicamente no es correcto. Sin embargo el resultado es fráncamente atractivo por lo que no importa demasiado el nombre que se le aplique.

Siento no poder disponer de más información sobre el fotógrafo en sí, ya que Rarindra es una persona celosa de su intimidad y no ha difundido datos de su preparación o sus logros, pero estoy segura de que vais a disfrutar con su trabajo.

Sed buenos y seguro que esta noche los Reyes Magos os traerán un bonito regalo fotográfico, quien sabe, tal vez esa lente con la que soñáis, algún libro de vuestro autor favorito e incluso puede que alguno tenga suerte y reciba esa cámara con la que poder sustituir la ya cansada y muy trabajada reflex que anida en vuestras mochilas.







http://photo.net/photodb/member-photos?user_id=2231437